Paso 1: exfoliar la piel
Antes de exponerse al sol es importante limpiar la piel y eliminar todas las impurezas a la que la sometemos diariamente.
Paso 2: hidratarla en profundidad
Una vez que la piel ya está libre de todas las impurezas, podemos empezar a hidratarla con productos en leche, aceites, sérum…
Algunos de ellos estimulan la actividad de la melanina lo que facilita un bronceado más rápido.
Paso 3: elegir los alimentos más apropiados
Para ponerse moreno también hay que cuidarse por dentro; los alimentos ricos en caroteno (como las zanahorias, tomates, albaricoques, melones, verduras...) estimulan la síntesis de melanina y preparan tu piel para el bronceado.
Las vitaminas antioxidantes como la vitamina A (se encuentra en la grasa de salmón, caballa, etc.) y la vitamina E (en aceites vegetales y cereales) también ayudarán a nuestra piel a estar más preparada para enfrentarse al sol.
¿Cuál es el factor de protección solar idóneo para ti?
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